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Cómo elegir la mejor camilla profesional plegable eléctrica
Las camillas de estética o de masaje son una herramienta básica para el profesional, pero también afectan a la experiencia que vive el cliente.
¿Compro una camilla fija o una camilla portátil?
Lo primero a decidir es si va a ser una camilla fija o una camilla portátil. Esto vendrá determinado por el tipo de servicio que ofrezcas, si es en una consulta o a domicilio. Usar una camilla fija o plegable tiene sus ventajas y desventajas según cada situación:
Trabajo a domicilio o en movilidad. Si realizas masajes o tratamientos de estética en diferentes sitios, está claro que buscas una camilla portátil, que se pueda plegar fácilmente para ser transportada. Aquí debes fijarte en el peso, que suele estar entre los 10 y 20 kilos.
Trabajo en consulta o centro de estética. Si tu lugar de trabajo es siempre el mismo, te conviene más una camilla fija. Son más grandes, resistentes y cómodas; tanto para tu cliente, como para tu trabajar. Hay múltiples opciones y modelos de camillas fijas: totalmente fijas, hidráulicas y eléctricas.
Ambos, en consulta y a domicilio. En este caso, lo ideal sería tener una camilla fija en tu gabinete para el servicio habitual y, además, tener una camilla plegable para servicios a domicilio más esporádicos.
¿Camilla fija, hidráulica o eléctrica?
Entre las camillas no plegables, se encuentran:
Camillas de altura fija: son camillas de masaje que van a estar instaladas en un lugar permanentemente. No se puede ajustar su altura, pero a cambio son muy sólidas, resistentes y cómodas. En función del número de partes o cuerpos, se podrá ajustar el respaldo, cabeza, pies, etc.
Camillas hidráulicas: son camillas de estética que tienen uno o varios pistones hidráulicos que permiten fijar la altura y posición de sus partes. Aunque este tipo de camillas se puede ajustar en múltiples posiciones, al ser un proceso manual, no son la mejor opción cuando el cliente tiene que cambiar muchas veces de posición durante un tratamiento. Si hay muchos cambios de postura, es necesario dedicar tiempo a ajustar cada parte, y eso puede impacientar al cliente.
Camillas eléctricas: estas camillas incorporan pequeños motores eléctricos que permiten ajustar su altura y posición de manera cómoda. Su mayor ventaja es su versatilidad, ya que permiten cambiar de configuración de manera rápida y sin esfuerzo. No tendrás que agacharte para ajustar anclajes: los motores eléctricos ajustan la altura, la posición del respaldo y del reposapiés de forma independiente y suave.
Tamaño y altura de la camilla
Las dimensiones de la camilla a menudo se pasan por alto, pero son variables importantes.
Hay que tener en cuenta el tamaño de la habitación donde irá instalada la camilla. Las camillas más estrechas (menos 70cm de ancho) son más adecuadas para espacios más pequeños. Ten en cuenta también que necesitarás un espacio mínimo alrededor de la camilla para poder desplazarte y trabajar.
Las camillas más anchas (70cm o más de ancho) suelen ser más sólidas y estables. Además, el cliente se siente más cómodo y relajado en camas más anchas. Si el profesional que da el masaje es una persona bajita, las camillas más anchas son más incómodas para trabajar. Esto puede solucionarse ajustando la altura.
La altura de la camilla afecta fundamentalmente al trabajo del masajista o esteticién a la hora de aplicar el masaje o tratamiento. Lo más habitual es situar la camilla a unos 75 cm de altura, aunque dependerá siempre de las preferencias del profesional. Las camillas hidráulicas y eléctricas son las que permiten ajustar la altura.
¿Cómo saber cuál es la altura adecuada?
Con este sencillo truco podrás saber a qué altura debe estar la camilla de masaje:
- Sitúate junto a la camilla, de pie.
- Extiende los brazos hacia abajo, rectos, pegados al cuerpo.
- Ahora apoya los puños en la camilla: deberías poder apoyarlos sin que los brazos se doblen.
- Si los brazos se doblan por el codo, debes ajustar la altura.
Otras características a tener en cuenta
Materiales del forro y de la estructura
La estructura de la camilla puede ser de aluminio o de madera. El aluminio es resistente y ligero. Por otro lado, la madera es un material muy resistente también que además aporta calidez.
El forro que recubre la camilla debe de ser de buena calidad y fácil de lavar. Además, debe ser acolchado pero no demasiado.
Como medida de higiene para el cliente y para facilitar la limpieza, se recomienda usar sábanas cubre camillas o papel camilla desechable. En este sentido, hay algunos modelos que incorporan portarrollos para papel de camilla.
Hueco para la cabeza
Los orificios faciales permiten que el usuario pueda acostarse boca abajo y colocar la cabeza de forma cómoda y relajada durante largos periodos de tiempo. Si vas a realizar masajes en la parte posterior del cuerpo, te conviene tener en cuenta esta configuración.
Ruedas
Ya sea una camilla fija, hidráulica o eléctrica, algunos modelos incorporan ruedas que facilitan su desplazamiento dentro del centro de belleza, lo que facilita tu trabajo como profesional e incluso la limpieza del local.
Estilo y color
Esto es especialmente importante en centros Spa, en los que se intenta crear una atmósfera de relajación y se debe cuidar hasta el más mínimo detalle. En este tipo de entornos hay que evitar cualquier elemento que rompa la armonía.
Con todos estos consejos esperamos ayudarle a encontrar la camilla de masaje o de estética que mejor se ajusta a sus necesidades.