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Grúas geriátricas y arneses: tipos y usos para una buena elección
Es importante ser prudente a la hora de ayudar a moverse a personas que no pueden hacerlo por sí mismas para evitar hacernos daño o hacerles daño a ellas.
Para este propósito existen una serie de grúas y arneses que bien escogidas nos ayudarán con esta tarea. Las grúas geriátricas nos ayudan a mover a personas con movilidad reducida o con ninguna movilidad y evitan que realicemos un esfuerzo excesivo, pero debemos prestar atención y seguir las recomendaciones que se nos den a la hora de elegir estas herramientas de ayuda ya que son muy variadas y dependen mucho de las características del cuidador, del paciente y del entorno.
Si no tenemos especificaciones concretas, sería recomendable consultar con algún especialista en grúas geriátricas y movilidad antes de tomar una decisión, y también es importante saber que existen servicios de alquiler de grúas geriátricas y otros equipos de movilidad, en el caso de que la necesidad sea sólo temporal.
Tipos de grúas geriátricas
La primera gran clasificación de grúas la podemos realizar entre las grúas más básicas, que constan de un brazo móvil que se eleva de forma hidráulica o eléctrica y del cual cuelga un arnés o las grúas de techo, en las cuales el arnés cuelga de unos raíles.
Otra diferencia es la que existe entre las grúas fijas o las móviles, siendo la mayor ventaja de las primeras el poco espacio que ocupan y su mayor desventaja, el hecho de que no posibiliten el traslado a otras zonas del domicilio. El uso de las grúas fijas normalmente está limitado a realizar un determinado tipo de transferencia en la misma localización. En algunos casos disponen de varios soportes para poder ser utilizadas en distintos lugares, trasladando solo el resto de la grúa.
Dentro de las grúas de brazo, que son las más cómodas para utilizar en un domicilio, nos encontramos con multitud de variantes. Las más frecuentes son:
Grúas de bipedestación: permite desplazar al paciente a cualquier parte desde la posición de sentado. El uso de la grúa se complementa con la elección de un arnés, que se coloca por debajo de las axilas
Grúas de elevación: permiten levantar al paciente de la cama desde la posición de tumbado y llevarlo a cualquier otro lugar de apoyo
Grúas mixtas: se pueden utilizar para cualquiera de las dos funciones anteriores
Grúas para piscina: para transferir la silla de ruedas a la piscina con facilidad
Dentro de cada uno de estos tipos existen a su vez muy diversas variantes en función del espacio que ocupan, el tamaño que pueden soportar, etc. Por tanto, a la hora de escoger la grúa ideal deberemos tener en cuenta todo esto, así como la utilidad que le vamos a dar.
El complemento perfecto: el arnés
Muchas grúas geriátricas no cumplirían de manera efectiva su función sin un buen arnés y por eso no debemos quedarnos con el estándar que a veces viene incluido en ellas. Es necesario buscar el arnés más adecuado para nuestras necesidades.
Lo primero que debemos tener en cuenta son las características del paciente y el material del que está hecho el arnés. También es de suma importancia tener en cuenta la talla, los hay desde la XXS hasta la XXXL, y el peso que pueden soportar. Para ello tendremos que consultar las tablas que ofrecen los distintos fabricantes.
De esta forma, podemos clasificarlos según como sea su respaldo, el material del que estén hechos o la utilidad que le vayamos a dar.
Arneses en función del respaldo
Este puede ser más alto o más bajo. Se utilizará un respaldo bajo cuando el paciente tenga un buen tono muscular y buena estabilidad en el tronco y en la cabeza. Sin embargo, para aquellos pacientes que tengan buena estabilidad en la cabeza, pero más limitada en el tronco, será necesario un arnés con un respaldo que llegue hasta los hombros. Si el paciente no posee tampoco estabilidad en la cabeza, entonces deberíamos decantarnos por un respaldo aún más alto que recoja la cabeza.
Hay que añadir aquí que en caso de que el usuario no posea ninguna movilidad o sea muy sensible al dolor, existen unos arneses tipo saco que se pueden dejar debajo del usuario tras realizar el levantamiento.
Arneses en función del material
En hospitales y residencias normalmente se suelen usar arneses desechables, de usar y tirar pero que resultan muy resistentes. Existen muchas otras opciones, como, por ejemplo, los arneses acolchados o los arneses plásticos, que dejan pasar el agua pero no la absorben. Estos se suelen utilizar en piscinas.
Los más comunes son los que están hechos de poliéster, un material que evita el rápido desgaste y que pueden ser lavados a altas temperaturas. Dentro de este tipo, los hay de red, que posibilitan el baño y que se pueden dejar puestos al paciente debido a su buena ventilación.
Arneses en función de la utilidad
Si quieres utilizarlo para colocar al paciente en la cama o para ponerlo de lado, lo ideal es utilizar un arnés de elevaciones horizontales. Si la grúa que usas es cambia-pañales, tendrás que usar con ella un arnés de bipedestación. Por otro lado, si lo que necesitas es un arnés para la higiene del paciente, existen algunos con la abertura más grande para facilitar esta función.
Recuerda realizar un análisis exhaustivo de las necesidades que necesitas cubrir con el uso del arnés y de la grúa geriátrica para que la elección de los mismo sea la más adecuada.